La importancia de contar con un blog literario siendo escritor novel

Por Edgardo Villarreal

Sin dudarlo en ningún momento, el tener un blog ha sido lo mejor que he hecho en mi corta carrera como escritor. Aún recuerdo aquellos días en los que pensaba en si abrir uno sería una buena idea; en aquel entonces mi escritura era harto desafortunada y el miedo a que me leyera alguien más, me paralizaba. Sin embargo, no sólo era temor por ser leído con mi poca calidad sino temor a ser leído en general. Al final decidí hacerlo y gracias a eso ahora estoy aquí, escribiendo esto.

Más allá del crecimiento que se dio en mi forma y sustancia al escribir, hacer públicos mis textos para someterlos al escrutinio de otras personas, la mayoría de ellas ni siquiera de mi país, me ha dado satisfacciones muy gratas. La emoción de los primeros «Me gusta» y de los primeros comentarios es algo que se siente muy bien: no ser vituperado era ya en sí un gran logro. Después vinieron más y mejores recompensas, como cuando de pronto me buscaran para publicar mis textos en una comunidad de escritores emergentes o que me pidieran que dirigiera y editara un sitio del mismo grupo.

El crear un blog, en la plataforma que sea, es un paso que cualquier escritor novato debería de considerar en algún momento; las oportunidades que se pueden desprender de esto son invaluables. Mas no sólo se trata de crear una cuenta y hacer que la página luzca bonita; el ser bloguero literario requiere escribir para publicar, o ese debería de ser el objetivo, no obstante, esto no debe de hacerse a la ligera. Es muy fácil caer en el juego de redactar lo que sea para cumplir con los compromisos cuantitativos que uno mismo se impone, a mí me pasó y acabé publicando textos de mala calidad, simplistas y no reflexionados, sólo para que semana a semana la gente tuviera algo que leer. Error. No es que haya recibido críticas negativas de esas publicaciones, sin embargo, esos textos, más allá de beneficiarme como escritor, me hicieron retroceder en lo ya avanzado. Cuando no se tiene nada aceptable, siempre será preferible no compartirlo; y no importan las semanas que pasen sin hacerlo, al final los lectores agradecerán que se les entregue algo bien logrado de vez en cuando, en lugar de textos mediocres o malos de manera continua.

Pero nutrir el sitio no es el único trabajo que se debe de hacer; por desgracia, y digo por desgracia porque esto ya es menester en nuestras vidas, se tienen que hacer «redes» en las redes. Como en todos lados, debes de seguir para que te sigan y esto no significa que realmente se interesen por lo que haces; de hecho, la gran mayoría de esas personas sólo buscan inflar su número de seguidores y nunca se van a asomar para ver tu contenido. Triste realidad. Mas no todos son así, ya que siempre existirán lectores, unos de paso y otros que siempre estarán ahí: 10, 50 o 100, no importa cuántos, porque estarás llegando a alguien y eso es lo que verdaderamente tiene valor. 

El crecimiento en la labor literaria viene de la constancia y de aceptar las críticas; los comentarios en las publicaciones llegaran, no de manera frecuente y casi nunca para señalar un error o proponer una mejora, pero incluso así deben de ser puntos de referencia a tomar en cuenta, después de todo no hay mejor incentivo que el de la retroalimentación. Nunca hay que olvidar que no escribimos para nosotros; bueno, sí lo hacemos así en una primera instancia, mas no debe de quedarse sólo en eso, pues ¿qué es el arte si no llega más allá de los confines de nuestro espacio de trabajo?

La importancia de ser bloguero es el camino que se recorre y las fronteras que se sobrepasan. Las oportunidades están ahí, esperando: existen comunidades a las que uno se puede unir o concursos y retos de escritura; opciones que se pueden explotar en beneficio de nuestras letras.

Me queda claro, que no todos aquellos que cuentan o pretenden crear un espacio literario tienen como objetivo escribir de manera profesional, de hecho, la gran mayoría de blogs con los que me he encontrado son de personas que lo hacen como pasatiempo; no obstante, los beneficios son los mismos para todos, sin importar por qué y para qué se escriba. Lo principal, creo yo, siempre debe de ser el crecimiento personal y que nuestra relación con la escritura sea lo menos tortuosa posible. Es en esto en donde realmente cobra relevancia contar con un espacio en el cual exponer lo que redactamos, porque será un lugar seguro para desarrollarnos, para dejar volar nuestra imaginación, sentimientos e ideas. Será un lugar para reencontrar el camino de la buena redacción, de aquello que se supone que deberíamos de haber hecho siempre bien, pero que resulta ser una de las cosas a las que menos atención le ponemos y menos valor le damos.

Como ya dije antes, quienes interactúan con nosotros por medio de comentarios, casi nunca nos harán ver nuestros errores gramaticales u ortográficos, sin embargo, es obligación, o debería de serlo, revisar y corregir todo aquello que se publica. Sé que se puede pensar: ¿para qué hacerlo si sólo escribo como pasatiempo? Simple: porque escribir es algo hermoso y escribir bien lo es aún más.

La experimentación también es algo completamente válido. Quizá te inclines por la poesía, o lo tuyo sea la prosa, no importa, siempre hay que estar abiertos a incursionar en otros géneros y no hay mejor lugar para hacerlo que en nuestro espacio seguro. Esa diversificación puede resultar en algo positivo, y si a eso se le suma la constancia, pronto notaremos una mejora hasta en los campos menos explorados.

Todo esto que escribo se basa en mi experiencia personal, pero sé que es posible llegar tan lejos como uno quiera con un blog; al principio puede resultar frustrante por los escasos seguidores y su interés por nuestro trabajo, sin embargo, hay que tener paciencia y sobre todo entender que lo que hacemos no siempre será del agrado de todos.

Ahora más y más gente se decanta por publicar sus textos en lugares de acceso más inmediato, como Instagram, por ejemplo; no obstante, en mi opinión, el quedarse solamente en esas plataformas no es del todo bueno porque no están diseñadas para eso, en cambio, contar con un balance entre un blog y una cuenta en redes sociales es lo mejor que se puede hacer para alcanzar a todo tipo de publico. Las letras necesitan espacios en donde desarrollarse y donde se les tome de manera más seria, es por ese motivo que aliento a todo aquel que quiera incursionar en el oficio de la escritura a que abra un blog, a que experimente, a que no tema a ser leído; finalmente siempre habrá una recompensa, aunque esta sólo sea mejorar nuestra redacción, que eso ya por sí mismo será un gran triunfo.   

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